¿Para qué sirve el humus, cómo funciona la transformación de la materia orgánica en el suelo y cuál es su función en la agricultura?
¿Qué es el humus y de dónde viene? El seguimiento de su desarrollo a través de la transformación de la materia orgánica en el suelo permite una mejor comprensión de su papel clave en todo tipo de suelos, incluidos los agrícolas.
1 - ¿De dónde viene el humus?
El humus se forma a partir de los residuos estables resultantes de la descomposición de la materia orgánica fresca de plantas, animales o microorganismos bajo la acción combinada de animales (macro y microscópicos), plantas y microorganismos del suelo.
El humus es una mezcla compleja y muy variada en cuanto a su composición, color y olor. Este depende de las fuentes orgánicas, la fauna y la flora del suelo, así como de las condiciones ambientales (pH, temperatura, condiciones del agua, etc.).
Como se ha ilustrado anteriormente, la materia orgánica es una fuente de alimento esencial para todo el ecosistema del suelo, siendo el humus el residuo estable resultante de esta «digestión» por parte del suelo. Digestión que permite el reciclaje de todos los elementos excepto los que se encuentran en el humus.
2 - La materia orgánica en su fase de humificación sirve como fuente de alimento para las plantas
Olivier Cor, director de agronomía de Lallemand Plant Care, explica que, por ejemplo, cuando se aplica el abono nitrogenado, la planta se alimenta directamente con este fertilizante, pero sólo entre un 30% y 50% de sus necesidades.
Existen dos razones principales para ello:
- Existe competencia entre la planta y los seres vivos del suelo.
- La aplicación es puntual y la planta no consigue absorber todo el abono en el momento en que se aplica. Las plantas tienen necesidades antes y mucho después de la aplicación del abono.
Por esta razón, los fertilizantes solo son un complemento de la nutrición básica que proporciona el suelo.
Por sí solo, el fertilizante está lejos de ser suficiente para satisfacer las necesidades de las plantas: «La materia orgánica, reorganizada durante el proceso de humificación, es una fuente primaria de nitrógeno para la planta, lo que le permite alimentarse regularmente cuando lo necesita y no solo cuando es abonada», continúa el agrónomo.
Para Olivier Cor, esta noción es «esencial» en la agricultura, más importante que los insumos fertilizantes, porque es lo que permitirá (¡o no!) obtener un buen rendimiento del cultivo.
» Y si se comparara la cantidad de nitrógeno que aportan el humus y los fertilizantes, la reserva de nitrógeno almacenada en la materia orgánica equivaldría a varios semirremolques de nitrato de amonio por hectárea«, dice riendo.
Durante la humificación, se liberan elementos minerales. Esta mineralización de la materia orgánica se lleva a cabo principalmente por los microorganismos del suelo que movilizan gran parte del mismo antes de devolverlo a las plantas.
Hay que tener en cuenta que no hay humus y materia orgánica por un lado y abonos minerales por otro, todo está íntimamente ligado y «Indirectamente, la materia orgánica hace que los fertilizantes minerales sean más eficaces, al igual que se equilibran las raciones forrajeras entre el forraje y los suplementos minerales para los animales” completa el agrónomo.
3 - El humus también desempeña un papel crucial en la estructuración del suelo y en la circulación y el almacenamiento de gases y agua:
El humus, la parte más estable de la materia orgánica, se une estrechamente a la matriz mineral del suelo y en particular, a las arcillas, formando conjuntos estructurados conocidos comúnmente como «complejo arcillo-húmico» CAH.
Estas partículas están globalmente cargadas negativamente y juntas crearán un campo eléctrico en la solución del suelo.
Todos estos campos eléctricos son los que provocan la orientación de las partículas y explican el hecho de que los iones solubles, como el nitrato, que también está cargado negativamente, sean empujados lejos de las partículas sólidas, lo que los hace sumamente móviles en el suelo y fácilmente transportables por el agua del suelo. Por el contrario, los iones positivos en solución, como el calcio y el potasio, permanecerán cerca de las partículas de CAH donde el campo eléctrico es más fuerte.
Estas partículas, por su capacidad de agruparse, estructuran el suelo creando micro y macroporosidades, que constituyen un cierto laberinto que permite la circulación del aire y del agua en el suelo.
Esta estructura también proporciona al suelo estabilidad frente a daños ambientales como: la lluvia, compactación causada por el paso de la maquinaria agrícola, etc.
“Un suelo bien equilibrado en materia orgánica gracias a través de aportes regulares se reestructurará rápidamente, por ejemplo, en caso de contacto con maquinaria agrícola”, explica Olivier Cor.
La materia orgánica, la flora y la fauna asociadas, le confieren además una mayor resistencia natural a diversos estreses y no sólo mecánicos: fuertes lluvias, sequía, erosión…
4 - El humus y agua del suelo
El humus, y especialmente la cadena de humus/mineralización, es fundamental para obtener una estructura de suelo duradera que garantice una buena penetración y circulación del agua al igual que una buena colonización de las raíces.
Son estos elementos, combinados con la vida del suelo, los que asegurarán una buena explotación del mismo por parte de raíces sanas y bien abastecidas de agua y minerales.
“Es erróneo decir que la materia orgánica funciona como una bomba de agua», afirma Cor. “Por el contrario, esta permite que circule y, por lo tanto, que se extienda rápidamente en el volumen del suelo, limitando los riesgos de escorrentía y favoreciendo su almacenamiento incluso en caso de fuertes lluvias”.
El CAH, que retiene en su superficie cationes intercambiables (Ca2+, Mg2+, K+, Na+…) también protege el suelo ante el riesgo de pérdida por lixiviación, pérdidas que son perjudiciales para las plantas y para el agricultor, pero también para el medio ambiente y sobre todo para todos nosotros.
La materia orgánica sirve para alimentar a las plantas y a los microorganismos del suelo: sin materia orgánica, no hay seres vivos que la degraden, lo que indica que no habría un ciclo de carbono funcional y sin este, no habría más plantas y un nivel de CO₂ inmanejable… un retorno al inicio de la historia de nuestra tierra.
Las lombrices de tierra, los crustáceos y los insectos también desempeñan un papel fundamental en la producción, la estructuración, el mantenimiento y la productividad de los suelos agrícolas. Estos también necesitan materia orgánica fresca o descompuesta para alimentarse y como lugar para vivir.
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