Un gran número de microorganismos beneficiosos, que pueden describirse como probióticos, están presentes en los suelos. Son más numerosos en la zona del suelo en las inmediaciones de las raíces, conocida como la rizosfera. Estos microorganismos rizosféricos viven en asociación con las raíces y les proporcionan servicios como el aumento de la disponibilidad de nutrientes y la absorción por parte de las plantas, por lo que pueden influir positivamente en el rendimiento, la resistencia de las plantas o ayudar a controlar los patógenos.
Le explicamos cómo actúan estos seres vivos.
El término probiótico fue utilizado por primera vez en los años 1960 para describir la capacidad de algunos microorganismos para sintetizar sustancias naturales que tienen un efecto beneficioso en la producción y el crecimiento de las plantas.
El probiótico, al contrario que el antibiótico (contra la vida), consiste en favorecer la vida inoculando cepas de microorganismos beneficiosos. En cuanto a los microorganismos nocivos que consideramos patógenos, se encuentran en situación de competencia y su proliferación puede ser limitada. Tanto en el mundo animal como en el mundo vegetal, los microorganismos son, en su mayoría, beneficiosos y no patógenos.
1 - Microorganismos en la rizosfera
Los microorganismos rizosféricos interactúan con la planta a nivel de sus raíces. Es aquí donde se encuentra la flora microbiana más rica y a nosotros nos gusta compararlo con nuestro intestino, donde también prolifera una flora tan imprescindible como fascinante. Como un intestino al revés, las raíces poseen pelos que absorben, cerca de los cuales encontramos importantes colonias microbianas.
Son los exudados radiculares emitidos liberados específicamente por la planta los que atraen y estimulan a estos microorganismos beneficiosos para ella.
2 - Las bacterias que favorecen el crecimiento de las plantas
En esta flora, encontramos bacterias capaces de estimular y/o proteger a la planta gracias a uno o varios mecanismos: excreción de fitohormonas en el medio, solubilización de elementos minerales bloqueados en el suelo, fijación del nitrógeno atmosférico, reducción del nivel de algunas enfermedades en el suelo (por competición o hiperparasitismo).
Por ejemplo, algunos Bacillus tienen una gran capacidad para solubilizar el fósforo. Estas bacterias son particularmente útiles cuando las necesidades de fósforo son importantes en los suelos con pH elevados, donde el fósforo tiende a ser fijado por el calcio. Es aún más cierto para los cultivos leguminosos de ciclos cortos como la lechuga, las coliflores o las alcachofas, que tienen necesidades instantáneas de elementos nutritivos importantes. La bacteria les permitirá encontrar inmediatamente los elementos minerales que ellas necesitan y absorber más fácilmente el fósforo y esperar rendimientos suplementarios que van hasta el 20%.
Los Bacillus pueden liberar el fósforo en las inmediaciones de las raíces.
3 - Las micorrizas
Otros microorganismos estimulan más específicamente el crecimiento radicular de la planta, y de esta forma, aumentan su capacidad de absorción. Un mejor sistema radicular favorece la nutrición mediante una mejor prospección del suelo para buscar agua y elementos nutritivos, sinónimo de mejor rendimiento para el agricultor.
Es en especial el papel de los hongos micorrícicos que desarrollan una relación simbiótica con las plantas. Estos hongos entran en el interior de la raíz, donde tendrán lugar los intercambios. La planta proporciona al hongo azúcares procedentes de la fotosíntesis que este no puede sintetizar por sí mismo. De forma paralela, este último desarrollará una red de filamentos microscópicos capaces de infiltrarse en todos los resquicios del suelo y prolongarán verdaderamente las raíces de su planta huésped, aumentando su zona de exploración para un gasto energético menor que fabricar sus propias raíces. Esta red micelial traerá a la planta el agua y los elementos nutritivos que necesita. Y ahora sabemos que pueden ocurrir intercambios entre plantas mediante la red micelial. De esta forma, los árboles de un mismo bosque pueden estar conectados.
Llamamos micorriza al resultado de la asociación simbiótica entre estos hongos y las raíces de las plantas.
El recurso a los hongos micorrícicos es interesante en el ámbito de cultivos perennes (viticultura y arboricultura) y en especial en suelos difíciles de prospectar o marcados por déficit hídrico.
las micorrizas forman una red de filamentos microscópicos para aumentar el área de exploración de las raíces
4 - El trabajo en sinergia
LALLEMAND PLANT CARE ha demostrado una eficacia real del trabajo combinado del Bacilo y las micorrizas para dar acceso a más nutrimentos y aumentar las ventajas.
La combinación de ciertos microorganismos beneficiosos aporta ventajas suplementarias gracias a un modo de actuación sinérgica.
Por mediación de la red de hifas desarrollada por nuestra cepa de micorrizas, unBacillus podrá liberar (hacer disponible) una cantidad exponencial de nutrimentos y transportarlos de forma más abundante hacia la planta para aumentar sus beneficios.
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